Odín El Gran Padre

Odín Dios poderoso de los Nórdicos. Era llamado El Gran Padre. Odín es representado como un venerable hombre de mediana edad, barba frondosa, cabello largo y rizado, cubierto con un sombrero que representa la bóveda del cielo y un manto que simboliza la atmósfera .Le asisten dos cuervos que representan la reflexión (Huqui) y la memoria (Munin) y que le tienen al corriente de cuanto ocurre en el mundo. Odín también cuenta con dos lobos que obedecen sus órdenes, Freki y Geri; su caballo Sleipnir, de ocho patas, capaz de volar a velocidad inigualable, un anillo que simboliza la bendición de la tierra y propagación de la felicidad para los hombres, además de representar la riqueza del espíritu, la potencia creadora del poeta, la evolución del pensamiento y la maravillosa cadena de las ideas. Odín empuña su lanza llamada Gungnir, la cual simboliza la fuerza y el vigor; la Lanza del Cielo, hecha de Uru, un metal asgardiano único, de origen desconocido, hecha por los enanos.También empuña a Thrudstock, un cetro en forma de pequeña maza igualmente construido en Uru. Ni la lanza ni el cetro tienen poder por si solos, canalizan la energía de Odín.
Es la gran divinidad escandinava, origen del mundo, de los dioses y de los hombres. Su numbre es de bellísima sonoridad en las lenguas latinas;sus orígenes se pierden en las brumas nórdicas del tiempo. Se dice, que procede de la raíz od del verbo vada, en que se encierra la idea de "espíritu del mundo en que todo flota, y que engendra con su acción la vida universal". Es un Dios total
Odín es el Dios que organiza el mundo sacándolo del caos y crea al primer hombre y a la primera mujer y los dota de alma, de su propia alma. Es el Dios de la guerra, pero también el de la poesía, de las ciencias y de las artes. Con su espíritu todo lo inunda, y gobierna todo lo que existe, incluidos los demás dioses, que le rinden obediencia. Él asiste a los héroes, les enseña el arte de las armas, la sabiduría y la prudencia. Él les acompaña en el combate y les protege del enemigo y de la oscuridad. Y si llegan a la vejez, les concede la última gracia de no morir en cama, sino luchando. Protege la organización social, vela por el cumplimiento de los juramentos y de los pactos; ahuyenta el odio, los malos pensamientos.
En la teología vikinga, como en la mayoría de las culturas antiguas, ninguno de los dioses son totalmente buenos o malos, sino que intercambian roles, entre la picardía, la bondad y la maldad, a imagen y semejanza del comportamiento humano.
Los dioses, al igual que los humanos, deben hacer sacrificios para obtener sus logros. Por su sed de conocimiento ODÍN sacrifico uno de sus ojos para poder tomar de las raíces del árbol del mundo YGDRASILL , cabeza abajo, por nueve noches, obteniendo sabiduria y la revelación del lenguaje de las runas, como letras y como revelación del destino, cada una de las 25 runas, las actitudes que deben tomarse para su transmutación, ya que todo destino es susceptible de ser transformado, con excepción de aquellos que se originan por un designio Divino.
Las runas tenían un significado como letras y un destino puntual. Poseen un lenguaje escrito, que se expresaba a través formas geométricas de rasgos rectos. En las runas se hallan integrados los 4 elementos de la naturaleza. Todo un mundo de simbologías.
El día central de la semana, el miércoles, estaba consagrado a Odín. Se llamaba Odinsday, que por evolución se convirtió en Wednesday. Las mujeres de Odín son los tres estados de la Tierra: deshabitada en un principio (Jord), habitada y cultivada por el hombre (Frigg), y cubierta de nieve (Rind).
Sus asistentes personales especiales eran unas mujeres guerreras llamadas Valkirias. Las Valkirias se llevaban el cuerpo de los guerreros muertos en las batallas hacia Valhala, localizado en la ciudad del Paraíso. Alrededor del siglo ocho y nueve, Odín ocupó el papel del Dios del cielo Tyr. Junto con sus hermanos Vili y Ve.
El nombre de Odín lo encontramos en el apellido de un célebre misionero francés. Fue obispo de Nueva Orleáns. Se celebran su onomástica, los 19 de octubre, en que se conmemora a san Odín Abad. Todo lo que tiene de modesta la representación de este nombre en el cielo cristiano, lo tiene de grande en el cielo escandinavo. Decir Odín es evocar un mundo, unos valores y virtudes que nos retroceden a un mundo mágico, en el que la fuerza del espíritu era tan admirada y cultivada tanto como la fuerza física.

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