16 enero, 2007

Venus.


Venus es la diosa del deseo; es posible que el origen de este nombre esté en la raíz sánscrita van, que significa precisamente deseo, y que da lugar al verbo de movimiento venire, con el que también se asocia este nombre. Es excesiva su antigüedad para que podamos darle alcance. La misma diosa aparece con distintos nombres en todas las culturas. La más antigua aparición de esta diosa la registramos en Fenicia con el nombre de Astarté, que tampoco está sola, sino asociada a Istar en Asiria y Athor en Egipto. Es una diosa del gran ciclo de la media luna creciente como símbolo de la fertilidad, representación cósmica de los cuernos del toro y de la vaca. Por eso la Venus prehelénica lució cuernos. Cuando Venus llega a Grecia con el nombre de Afrodita ha completado su transformación. Se ha deshecho de los cuernos; la vaca ha abierto paso a la mujer. A una bellísima mujer. Es la mujer. Con formas muy pronunciadas al principio, para acabar siendo el prototipo mismo de la belleza y de la seducción.
La Venus romana tuvo que mirarse en la Afrodita de los griegos. Antes había sido Feronia y Flora en sus manifestaciones itálicas como diosa de la naturaleza. A la nueva diosa, que absorbió las funciones de las anteriores, se le asignaron los atributos de madre de toda fecundidad y fuente de toda belleza. Se multiplicaron sus templos y sus fiestas; se le consagró el mes de abril, se enalteció tanto su virginidad (su condición de doncella) como su maternidad (se le llamó Venus Mater o Venus Genitrix, Venus Felix, y Venus Vicrix). Es hija de Júpiter y Dione, esposa de Vulcano y amante de Marte. Todo el cielo gira a su alrededor. Pero antes la habían hecho nacer del Cielo y del Día, también aparecer naciendo de la espuma del mar, vestida de espléndida cabellera que adorna su desnudez. Es el principio de la fecundidad y de la generación universal, es el planeta Venus y es la luna al mismo tiempo, que preside y promueve desde el cielo toda fecundidad. Pero el pueblo no se conformó con una diosa ten celeste y lejana. La prefería más cerca, más semejante a la mujer, a sus anhelos, a sus ideales, a su deseo. Así se transformó Venus en la diosa de la gracia y de la belleza, en la belleza misma.

4 Dejaron su Huella:

Anónimo dijo...

Tienes un buen material, tus vibras son positivas muy buenas.

Que este nuevo ciclo que es nada mas un conteo del tiempo impuesto por el hombre, que cada día nuevo que nazca sea un recomenzar siempre para bien.

Te dejo mis saludos y un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias AGUAS AZULES por tu paso y tus amables palabras en mi blog.
¡Qué bonito lo que cuentas de las plantas! Yo tambien creo que son agradecidas.

He estado leyendo varios posts tuyos y me han gustado mucho. Son muy ricos en información e interesantes. Volveré.

Un besito

Solo Palabras... dijo...

Muy interesante el artículo, al que agregaría: Venus es mujer, y como tal portadora de la esencia humana

Unknown dijo...

Horacio Le escribió A VENUS
Oh Venus, reina de Gnido y Pafos,
abandona tu Chipre tan querida
y acude a la adornada estancia
de Glícera, la que te invoca
con numeroso incienso.
Venga contigo el Niño ardiente
y las Gracias de talles desceñidos;
vengan las Ninfas y la Juventud,
que sin ti a nadie atrae;
venga Mercurio.
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«´¨`•..¤... Namasté ...¤.•`»
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