Flores de Azahar.

El naranjo es árbol de hoja perenne, las hojas son ovales y lustrosas sus flores “azahar” son blancas y fragantes. El Azahar, vocablo árabe, es la flor del naranjo, del limonero, y la toronja.

Las flores del azahar se utilizan en los ramos de novia como símbolo de pureza, por su belleza, pero también por su capacidad para calmar los nervios de la contrayente....Las diademas de azahar que lucen hoy muchas novias tienen su origen en las coronas de flores que en la edad media lucían las doncellas. El azahar simbolizaba la castidad y fecundidad de la contrayente...

Pero también es conocido su uso en la gastronomía, desde tiempos remotos. En los países árabes, sobre todo en el norte de África, el agua de azahar es utilizado en repostería mezclado con miel y nueces. En Turquía existe la costumbre de echar unas gotas en el café antes del primer sorbo.

El aceite esencial de sus flores, denominado también, esencia de nerolis, en Europa. Se obtuvo por vez primera hacia 1680 y, todavía hoy, es muy buscado y altamente cotizado por sus aplicaciones en perfumería. La esencia de azahar es una de las más refinadas, y su precio así lo indica. Se usa sobre todo para fabricar bases para las mejores Colonias, donde suele mezclarse con otras esencias: espliego, bergamota, sándalo, etc., así como en la confección de perfumes de gran clase. Su color es amarillo pálido y tiene un gusto amargo, sugiriendo una posible acción en el corazón y el intestino delgado. Entre los aceites esenciales, el de azahar figura en primer plano como sedativo, antidepresivo; puede emplearse contra el insomnio, la histeria, la ansiedad y la depresión. Apacigua la mente, retardando su actividad. Igualmente de las flores se obtiene el agua destilada de azahar que es antiespasmódica, sedante, calmante, proporciona un efecto refrescante a la piel, revitaliza, regenera, tonifica, descongestiona y mantiene la flexibilidad en la piel.

Esta aromática flor, proporciona sobre todo a al sexo femenino, una simbiosis con la química femenina logrando resaltar su género, magnificando la sensualidad, la feminidad, resaltando la belleza interna.